De profesión: arqueólogo

Seguimos con los posts dedicados a Indiana Jones.
Esta vez le toca a la trilogía cinematográfica, toda una lección de como hacer cine de evasión de calidad y no morir en el intento.
La idea de este personaje le vino a George Lucas a la cabeza cuando disfrutaba con su amigo Steven Spielberg de unas merecidas vacaciones.
Su idea principal era homenajear a los viejos seriales de los años 30, mezclado con un poco de James Bond, una fórmula que resultó ser todo un éxito.

Estrenada en 1981, la acción de En busca del arca perdida arranca en 1936, con un prólogo que debería ser de lección obligada en todas las escuelas de cine.

En él, se nos presenta al nuevo héroe de acción en la selva amazónica en busca de una reliquia, que le es arrebatada por su enemigo, el tambien arqueólogo frances Belloq.

Después de un magistral comienzo, nos trasladamos a una universidad de California, donde el doctor Jones ejerce de profesor de historia antigua, cuando recibe por parte de la Inteligencia norteamericana el encargo de buscar el Arca de la Alianza, donde se supone que Moisés guardo las Tablas de la Ley, en las cuales estaban escritas los Diez Mandamientos.

Su primera parada es en Nepal, donde acude en busca de ayuda de su antiguo mentor, y en la que solo encontrara a la hija de este, y su antiguo amor, Marion.

Juntos deberán viajar hasta el Cairo, donde se supone que esta enterrada en Arca.

Allí descubre que su mayor rival se a aliado con los nazis, que tambien buscan tan preciado tesoro.

El resto es historia. La película recaudó casi 400 millones de la época en todo el mundo, convirtiendosé en una de las más taquilleras de la historia, que daría pie a una nueva franquicia.

En 1984, nos llegaría su esperada secuela, Indiana Jones y el templo maldito.

De nuevo con un excelente prólogo, en un Night Club de Shangai. Y de ahí a La India, acompañado por una cabaretera algo histerica y un joven huérfano chino llamado Tapón.

Son rescatados por una tribu de indígenas, que les piden rescaten a sus hijos, los cuales son secuestrados por una misteriosa secta, que se creía extinguida.

Una secuela con un tono más oscuro que su predecesora, que le valió la restrincción a menores de 13 años, ya que contiene elementos poco agradables para estómagos sensibles, por lo que su recaudación global fué sensiblemente inferior a la primera.

Aunque bien podriamos decir que se trata de una precuela, ya que la acción transcurre en 1935, un año antes que la anterior.

Indiana Jones y la última cruzada fué estranada en 1989, en la que sus creadores tratarón de emular el éxito de la primera, alejandosé del tono siniestro de la segunda, haciendo una tercera algo más ligera y con más cancha para el humor.

De nuevo un prólogo inolvidable, con un Indiana Jones adolescente, que en una excursión con los Boy-Scouts se topa con unos ladrones de tesoros, y al que dió vida el malogrado River Phoenix.

Después pasamos al presente de la película, es decir 1938, en donde tendrá que buscar a su padre, que fué contratado sin saberlo por los nazis para tratar de encontrar el Santo Grial.

Venecia, Austria, Berlín (con encuentro con el Fürher incluido), e Irak, son los lugares a los que nuestro aventurero deberá viajar para encontrar a su desaparecido progenitor y tambien el preciado tesoro.
500 millones de dólares recaudados en todo el mundo avalan esta nueva entrega, que si bien la crítica no fué tan venebolente como con la primera, fué bastante más permisiva que con la segunda, que es la peor valorada de las tres.

Pero eso no fué excusa para que millones de fans disfrutáran de nuevo con las aventuras de su héroe favorito.
19 años después, y cuando parecía que no volveriamos a ver al arqueólogo más famoso del cine en pantalla grande, Lucas y Spielberg nos volverán a mostrar que los viejos aventureros nunca mueren.