Definitivamente a Julio Medem, el cineasta más personal de nuestro cine, se le ha ido la pinza.
Aunque por norma general sus películas suelen resultar un tanto particulares y pelín raras, esta última se lleva la palma.
En cierto modo es comprensible que quedara traumatizado por los acontecimientos vividos en su seno familiar en los últimos años, pero de ahí a plasmarlo en una película, y encima exhibirla en salas comerciales, va un abismo.
Sería inutil contar nada de su argumento, ya que resulta tan caótico como la vida de su protagonista.
Solo decir que su visión sobre la vida y la muerte, nos la cuenta haciendo filosofía barata. Por no hablar sobre su opinión sobre el estado del mundo actual, haciendo política de bar, que solo le puede interesar a los que piensan como él.
En definitiva, una película que debería haber mostrado solo a familiares y amigos, y no martirizar a los que antaño fuimos fieles a su cine.
Vaoración: * (sobre *****)
1 comentario:
No estoy nada de acuerdo contigo. Creo que por lo menos se merece ***, aunque no le quito que es rarita.
Salu2,
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