Apenas duraban dos o tres minutos, y además eran sin sonido, pero como eras tu el que lo manejabas, podías darle rapido o despacio y asi disfrutar más. Además la caja te servía de pantalla, aunque tambien podías proyectarlo sobre una pared en blanco, lo cual era mucho mejor, porque lo podías ver más grande.
La mayoria de las bobinas que se vendían eran dibujos animados de Popeye, Mickey Mouse, el pato Donald o de la factoría Hanna-Barbera, de los cuales yo tendría un par de ellas, que veía una y otra vez.
Tambien a veces las veía en familia o bien con mis amigos. Pero tenías que tener mucho cuidado con ellas porque se rompían con mucha facilidad.
Años más tarde la empresa juguetera sacó el Super CinExin. que en vez de la bobina, incluía un cartucho, por lo que era más difícil que se te rompiera la película.
Como este nuevo proyector salió en unos años en que los Reyes me dejarón de traer juguetes, para llevarselos a mis sobrinitos, este fué el juguete que les trajerón un año, y con el que yo disfruté más que ellos.
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