viernes, 12 de junio de 2009

Ensayo sobre la misoginia

Las pasadas navidades decidí regalarle a mi hermana el best seller del momento.
Una novela de más de 600 páginas que arrasa allí donde se publica, y que en general es bien recibida por la crítica especializada.
Todo aquel que la ha leído dice que una vez empezada es incapaz de dejarla, que te engancha de tal manera que se te van las horas sumergido en sus páginas.
Me estoy refiriendo a Los hombres que no amaban a las mujeres, escrita por el sueco Steig Larsen, que no pudó disfrutar de su éxito, ya que falleció poco antes de verla publicada.
Con el reciente estreno de su adaptación cinematográfica, decidí que había llegado la hora de ver si todo lo que se dice de ella es cierto, por lo que le tomé prestada la novela a mi hermana.

La novela es la típica historia de un misterio sin resolver, y del detective encargado del caso.
Aunque en esta ocasión, el investigador privado resulta ser un periodista de economía, Mikael Blomksvit, condenado a la cárcel por difamar a un rico empresario, a través de su revista Millenium.
Henrik Vanger es un empresario jubilado que desde que desapareció su sobrina-nieta Harriet hace cerca de 40 años no ha hecho otra cosa que tratar de averiguar que le pudo suceder.
Así que cuando ve que se acerca su fin, decide pedir la ayuda del periodista.
En esta labor imposible, Mikael contará con la ayuda de Lisbeth Salander, una veinteañera menuda, inadaptada socialmente, llena de piercings y tatuajes, pero que resulta ser un experta en informática, y capaz de hackear el ordenador más encriptado.

La novela, sin ser alta literatura, resulta ser una lectura muy adictiva, a la que no le falta la crítica social, ya que Suecia es un país con una cota muy elevada de maltrato a las mujeres, y con grandes empresas que resultan ser tapaderas de negocios nada recomendables.
Así que no me queda otra cosa que dar la razón a los que la han leído antes que yo.
El difunto escritor te lleva por una maraña de misterios y mentiras, que hacen estar deseando que se resuelva todo.
Aunque ves venir el desenlace desde lejos, no es un impedimento para disfrutar del libro.
De hecho, como en estos días se celebra la feria del libro aquí en Bilbao, he decidido regalarle a mi hermana la continuación, ya que se trata de una trilogía que el autor tenía pensado convertir en decálogo, pero por desgracia no sera así.
Asi que después de que mi hermana la lea, lo haré yo.

Ahora toca ver la película, asi que pronto sabreís que tal adaptación es.

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