Dejen sus armas en la puerta

Garth Ennis y John McCrea crearón a Hitman en las páginas de Demon en 1993.
Pero no fué hasta 1996 que el personaje tuvó serie propia que duró 60 números.
DC dió a los autores vía libre para hacer lo que quisieran, aún estando enclavada dentro de su Universo, y ellos se tomarón el tema al pie de la letra.

Tommy Monaghan es un asesino a sueldo, de origen irlandés, pendenciero y mujeriego, que un mal día se topa con unos extraterrestres que le otorgan dos poderes: Rayos X en los ojos (por lo que debe llevar casi de forma permanente gafas de sol); y el leer los pensamientos de todo aquel que le rodea.
Sus momentos de ocio los pasa en el bar de Noonan`s, donde juega al poker y se emborracha con sus amigos.
El garito en cuestión se encuentra en El Caldero, uno de los barrios más peligrosos de Gotham City, en el que ni siquiera Batman se atreve entrar.

Como resulta imposible resumir toda la serie en unas pocas líneas, basta este breve resumen para picaros las curiosidad.
Los que conoceís la obra del guionista irlandés, ya sabeís lo que vaís a encontrar.
A los que no, deciros que en ella sigue siendo fiel al estilo que le ha hecho famoso.
Es decir, humor negro, violencia a raudales, sexo más o menos explícito y un sentido del ritmo, que hace que se lea en un abrir y cerrar de ojos.
Pero yo diría que lo que más brilla tanto en este obra como en otras suyas (vease por ejemplo Predicador) es la facilidad que tiene el autor para hacer que unos personajes en principio indeseables, nos caigan simpaticos y sintamos por ellos una profunda amistad, como si los conocieramos de toda la vida.
Tanto, que incluso se nos escape una lagrimita al terminar las serie.
Y no solo por que no veremos más aventuras de tan insigne creación, sino por su trágico final.

Solo me queda recomendaros fervientemente tan magna obra, que Planeta nos ha ofrecido en tres gruesos volumenes de más de 500 páginas, con muy buena relación calidad-precio.