De esa experiencia, nació la génesis de esta novela gráfica, que nos cuenta el descenso a los infiernos de David Gray, un policía de Los Angeles que cuando esta investigando una serie de horrorosos crímenes relacionados con unas extrañas criaturas, es atacado por estas y acaba en coma.
Cuando despierta, se percata de que le han robado el alma y su cuerpo esta atrapado en lo que se conoce como entremundos.
Un lugar donde van a parar las cosas que nadie quiere y las personas que son rechazadas por las sociedad.
Tiene el plazo de un año para tratar de recuperarla, y en su odisea particular le acompañara una joven llamada Laurel, que sera a la vez su guía y su protectora.
Estamos ante una obra con grandes connotaciones religiosas, que para nada quiere ser un tratado de teología.
Más bien se trata de la idea que tiene el autor sobre Dios y el judeo-cristianismo.
Una visión personal nada descabellada, ya que mucha gente comparte su misma opinión.
Pero para conocerla y poder opinar, lo mejor es leer esta joya del cómic, que te seduce de la primera a la última página.
Y además tenemos los lápices de Gary Frank, todo un deleite para la vista.
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