Recuerdo, recuerdo...
Allá por los gloriosos años 70 de mi niñez, cuando los miércoles por la tarde, después de hacer los debéres, me sentaba en el sofá, con mi bocadillo de nocilla en la mano, para disfrutar de una serie de ciencia ficción que me tenía encandilado: LOS SIETE DE BLAKE.
Esta serie, de nacionalidad británica, ya entonces, era de un tanto cutre, con sus decorados de cartón piedra, sus efectos especiales de andar por casa y sus maquillajes de carnaval de pueblo.
Pero la falta de presupuesto, se suplía con unos actores que creían en lo que hacían y sobre todo, con una imaginación desbordante en los guiónes, que ya quisieran muchas de las producciones de hoy en día.
Nunca he disfrutado tanto con una serie de televisión, como con ésta. Sufriendo con las penurias de sus protagonistas y celebrando con ellos cuando conseguían su objetivo. Cosas de la infancia, que se le va hacer.
El argumento era muy simple. En mundo futuro gobernado por un régimen fascista, Roj Blake, rebelde que lucha contra el sistema, es encarceládo en una nave-prisión de máxima seguridad junto con otros tipos considerados por el gobierno altamente peligrosos. Todos ellos logran escapar en una nave alienígena inteligente y viajar por el espacio infinito buscando la manera de derrocar al poder gobernante.
Y hasta aquí puedo leer, como dirían en el un,dos tres.
Pero la verdad es que no recuerdo mucho más. Solo sé que es de esas cosas, que te hacen amar un género considerado menor, pero que te hace disfrutar como ningún otro.
Ójala alguna distribuidora, decida sacarla en dvd.
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