Graeme y Clive son dos ingleses inmaduros, frikis y aficionados a la ufología que durante unas vacaciones de verano, después de visitar la Comic-Con de San Diego, hacen la ruta de avistamientos de ovnis por los Estados Unidos en una caravana alquilada.
Nada más comenzar su periplo, casi tienen un accidente, en el cual se encuentran con un alienígena chuleta y mal hablado que responde al nombre de Paul, que lo único que quiere es volver a su planeta, después de más de treinta años siendo estudiado por el gobierno.
Simon Pegg y Nick Frost, vuelven a escribir y protagonizar su tercera película juntos (después de las divertidas y refrescantes Zombies Party y Arma Fatal) en otra comedia, con la que homenajean al cine americano de ciencia ficción de los años 70 y 80, sobre todo al de Steven Spielberg y George Lucas, repleta de guiños cinéfilos que harán las delicias de todos aquellos que como a ellos, les encantan las películas de las que hacen referencia.
Como a un servidor, que en algunos momentos, llegue hasta aplaudir.
Y es que nadie que sea fan de este género cinematográfico, y por supuesto del cómic, va a salir defraudado.
La pega esta en que aquellos que no esten familiarizados con la cultura popular, se perderán el verdadero encanto de este formidable film, por lo que se recomienda hacer un curso intensivo de frikismo, para poder disfrutarla al máximo.
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