jueves, 19 de noviembre de 2009

Hombres de las tierras del norte

Ambicioso proyecto para el sello Vertigo de Brian Wood (DMZ), acompañado esta vez por los eficaces lápices de Davide Gianfelice.
Norhtlanders es una interesante propuesta, aunque en este primer tomo se queda a medio gas.
La intención del guionista es la de contarnos arcos argumentales independientes entre si, ambientados en una época salvaje y violenta, con unos protagonistas de excepción: Los vikingos.

En esta primera aventura, nos narra la historia de Sven, que tras un largo periódo por tierras civilizadas, regresa a la isla que le vió nacer para reclamar su herencia.

Como podeís comprobar, un argumento visto cien veces, cuya única originalidad es el estar ambientada en el siglo V, en el momento en que los norteños guerreros vikingos eran el terror de tierra y mar.

Con esto no quiero decir que este mal, todo lo contrario.
Pero ante las críticas tan favorables que había recibido, las expectativas eran muy altas, y se han cumplido solo a medias.

Habrá que esperar al siguiente arco argumental para ver si la calidad de esta nueva serie sube, o se queda en un quiero y no puedo.

3 comentarios:

Lamasthu dijo...

En una historia así es difícil que no se produzcan tópicos. La historia de Sven en sí no es original por la trama sino por como cuenta una historia que hemos visto mil veces. Con los matices que lo hace y con el cuidado que se pone en los personajes. Está muy bien narrada y el equipo artístico es sobresaliente por ello destaca sobre la media.

Nemo dijo...

El dibujo es méramente correcto sin ser espectacular. Lo único interesante de la historia es la evolución del protagonista y la forma en que está contada. Y todo el comic tiene un fastidioso aire de modernidad que no se compadece muy bien con lo que quiere contar y cómo quiere contarlo. Pero, con todo, lo suficientemente intrigante como para darle una oportunidad al segundo número.

Raúl Martin dijo...

En mi opinión, a historia no es para nada original, aunque si su desarrollo y mucho más su final.
Yo, más que modernidad, calificaría el tono de accesible. Vamos, que te están contando mucho casi sin que te des cuenta. También recomiendo una segunda lectura con calma, pues mejora.