
Los protagonistas de estos cuentos breves en verso son niños solitarios e inadaptados como el que da título al libro y muchos otros que conoceremos durante su lectura.
Una lectura que nos hará reir y nos horrorizará a la vez que nos emociona y sorprende, repleto de inventiva e imaginación como solo un autor del calibre del cineasta estadounidense nos puede ofrecer, fiel a su estilo.
Su pasión por los freaks se siente en cada uno de los poemas que hay en este libro, recomendable tanto a infantes con una imaginación desbordante, como a adultos con síndrome de Peter Pan.
Al fin de al cabo, los que disfrutamos con su obra somos un poco como el propio Tim, unos niños grandes que nos negamos a crecer.
O más bien habría que decir que nos negamos a madurar.
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