martes, 8 de diciembre de 2009

A sus cincuenta y diez

Joaquin Sabina tiene nuevo disco en la calle: Vinagre y rosas, y con él, ha iniciado una gira de presentación que dió comienzo el pasado 20 de noviembre en Salamanca.
El domingo, tocó en Bilbao, así que tuvé la ocasión de verlo en directo.
Antes de comenzar la crónica de su memorable concierto, deciros que en su recien salido trabajo, colaborán los Pereza, y las mayoría de las canciones estan escritas en colaboración con el poeta y novelista Benjamín Prado.
Como dice cada vez que le entrevistan, se encuentra en un momento de su vida muy feliz, que hace que no le salgan canciones, por lo que llamó a su amigo, que acababa de romper una relación sentimental, para que le echara una mano.
Por lo que ni cortos ni perezosos, se fuerón a Praga para parir los temas de este nuevo disco.

Puntual como un reloj, a las ocho dió comienzo el concierto con el single Tiramisú de limón, para seguidamente dar paso a dos temas tambien extraidos de este nuevo trabajo.
Después vendría una selección de su amplio reperterio, canciones habituales en sus conciertos, con otras que hacía tiempo que no tocaba.
Esos sí, entre las canciones conocidas, tambien había hueco para dar a conocer las nuevas.


Después de una hora, tocó interludio, en la que la excelente banda que le acompaña muestra su buen hacer.
Así que fué su compañero de fatigas durante muchos años Pancho Varona el que cantó Donde habita el olvido.
Luego le tocó a la nueva adquisición, una chica de cuyo nombre ahora no me acuerdo, cantar Amor se llama el juego.
Después de este breve interludio, salió de nuevo al escenario un Sabina con las pilas recargadas, y trás el intro de la copla Y sin embargo te quiero, comenzó una segunda parte realmente inolvidable con el tema Y sin embargo...
Dos horas después del comienzo saldrían todos del escenario. Llegó el momento de los bises.
Un nuevo interludio, a cargó esta vez de la voz de Antonio García de Diego, su otro cómplice desde hace tiempo en esto de los conciertos.
Así pues, trás dos horas y medias largas de directo, finalizarón con Pastillas para no soñar.
Antes de acabar con esta breve crónica, decir que el público fué cómplice en todo momento, y los gritos favorables y piropos hacia el músico y poeta, fuerón constantes.
Ninguno de los que fuimos a verle al teatro Euskalduna, salimos defraudados de allí.

2 comentarios:

Juls dijo...

Muy jrande el Sabina.

Tazyaes dijo...

Sabia que te gustaria. Que pena habermelo perdido :(