Se acabó la primera temporada de Juego de Tronos.
Ahora toca esperar casi un año para poder ver la segunda.
Confieso que no he leído la novela de George R. R. Martin en la que se basa, primera de su monumental saga Canción de Hielo y Fuego, por lo que antes de que se empezara a emitir, la idea que que tenía en la cabeza era que sería algo del estilo de El Señor de los Anillos, que es como vienen a ser la inmensa mayoría de las novelas que de fantasía medieval que se vienen publicando.
En contra de lo esperado, los diez episodios de los que consta, no me han defraudado en absoluto, disfrutando de cada uno de ellos, y comiendote las uñas cada vez que finalizaban, ya que todos terminan con un tremendo cliffhanger.
La HBO vuelve a demostrar una vez más la calidad de sus series, con una sobresaliente epopeya, que ha enganchado de por vida, tanto a los lectores de las novelas, como aquellos que aún no se han acercado a ellas.
Y es que según los primeros, la adaptación es un fiel reflejo de lo que ya habían leído.
La historia, como no podía ser de otra manera, esta sobre todo centrada en la multitud de personajes que pululan en ella,, en los que ninguno es blanco o negro, y esta sobre todo centrada en las intrigas palaciegas que hay en torno al Trono de Hierro, ya que casi todo el mundo esta deseando sentarse en él, para poder gobernar los Siete Reinos existentes en este mundo de ficción, y cada uno de sus pretendientes son capaces de cualquier maniobra, con tal de poder llegar a él.
Por supuesto, tambien hay acción, con duelos con espadas, mostrados con tal cruel realismo que asusta.
Lo único que falta es una épica batalla, que si existe en el libro, pero que aquí, debido sobre todo a su ajustado presuspuesto, ha sido obviada, cerrándose en el momento de entrar en ella con una elipsis.
En cuanto la ambientación, decir que es magnífica y totalmente creíble, con decorados muy trabajados, y unos escenarios naturales que no tienen nada que envidiar a los bellos paisajes de Nueva Zelanda, donde se recrea La Tierra Media de Tolkien.
Los actores, muy bien elegidos, y muy bien carecterizados, con un enorme Sean Bean, como principal protagonista como Ed Stark, Señor de Invernalia, y Mano del Rey Robert Baratheon, que conquisto su corona con muy malas artes, aunque sea el responsable de llevar la paz a los Siete Reinos.
Del resto del casting, destacar al actor Peter Dinklage, que interpreta a Tyrion Lannister, al que todos llaman el gnomo.
Una cosa que llama poderosamente la atención es que ningún personaje es más importante que otro, y todos tienen, aunque parezcan insignificantes, su importancia dentro del argumento global, y sorprende el hecho de que aquellos que parecen tener más peso en la historia, no estan libres de ser eliminados.
A pesar del tono realista que han imprimido en la serie, no faltan los toques fantásticos, que se hacen más evidentes a medida que avanza la trama, y que seguramente tendrán más presencia en la segunda temporada.
Estamos pues, ante una serie imprescindible, violenta y cruel, que muestra con gran realismo y precisión lo que debe haber sido la Edad Media, barnizada por la fantasía.
Quizás ha llegado el momento de hechar mano a los libros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario