No tiene suerte el personaje creado por Robert E. Howard en sus adaptaciones cinematográficas.
La película de John Millius esta muy sobrevalorada, y su continuación es bastante mediocre pese a contar con guión de Roy Thomas.
Casi 30 años después nos llega una nueva película del cimmerio, que en un alarde de originalidad se vuelve a titular Conan el Bárbaro.
De entrada, calificar a este engendro como película es decir bastante.
No hay nada en ella minimamente salvable.
Sobre un guión inexistente, un montaje sin sentido del ritmo, y una dirección sin personalidad a cargo de un director, valga la redundancia, sin personlidad, ha salido un monstruo que no hay Dios que se lo trague.
Se dice que ha costado 90 millones de dólares.
Si los hubieran dado a alguna ONG hubieran estado mejor invertidos.
Si algo positivo hay que sacar de semejante barbaridad, es su crudeza en las escenas de violencia, muy acorde con la era en la que se desarrolla las aventuras del norteño y un Jason Momoa bastante más ágil y carísmatico que el ex-gobernador de California, más parecido al original literario y comiquero.
Confieso que el trailer red band me dejó buenas vibraciones, pero visto el resultado final, mejor hubiera sido haberse tomado unas cervezas.
Con la cantidad de buenas historias que hay en las novelas y en los cómics, no entiendo la manía que tienen algunos guionistas con inventarse las suyas, dotando al personaje de un pasado que no tiene.
Eso si, por lo menos aquí, desde pequeño a Conan le entrenan para la lucha y en el manejo de la espada.
Esta parte es quizás lo más potable de un film que hubiera sido mejor que no existiera.
1 comentario:
yo sali del cine con un cabreo de l5,menudo engendro de pelicula,hasta mi librero defensor de la pelicula hasta q fue a verla,despues de eso,ya no la defendio mas,la de arnold me gustaba y despues de ver la nueva me gusta todavia mas.
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