viernes, 28 de septiembre de 2007

Mi infancia junto al Gato Negro (I). Joyas Literarias Juveniles




Hoy quiero empezar una serie de post sobre lo que supuso para mi la Editorial Bruguera durante los años que pasé leyendo sus publicaciones. No pretendo hacer un repaso sobre su historia, sino rememorar un pedazo de mi vida que permanece en mi memoria. Todo ello sin orden ni concierto, las iré escribiendo según me vayan viniendo a la cabeza.




Mi primer acercamiento a la literatura no fue ni con libros ni con novelas, sino con las adaptaciones que hizó esta editorial de las grandes obras literarias de todos los tiempos a la viñeta.

Eran cuadernos de apenas 30 páginas donde condensaban la obra en cuestión, para deleite de los lectores de la época, y una forma para que se acercarán a la lectura.

Pasé buenos momentos con las adaptaciones de novelas de Julio Verne, Emilio Salgari y Charles Dickens entre otros muchos, de esta larga colección con la que aprendí a amar la lectura.


Después vinierón los gruesos y bonitos volúmenes en tapa dura, en donde recopilaban estos cuadernillos, o bien por autores, o bien por géneros, y de los cuales aún conservo algunos que me regalaba mi familia por Reyes.

Estaría bien que la editorial que conserve los derechos de esta colección, se decidiera a publicarla de nuevo, para disfrute de nostálgicos, y para acercar la literatura a una juventud cada vez más alejada de ella.

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