miércoles, 19 de septiembre de 2007

El Artista Renacentista


Nacido en los años 50 en un pequeño pueblo de Asturias, en el seno de una familia conservadora, Tino Casal fué considerado siempre un bicho raro en una época en el que ser diferente estaba muy mal visto.
Su primer acercamiento a la música se produjo en los años 60 en un grupo llamado "Zafiros Negros", para poco después grabar su primer single como cantante del grupo llamado "Archiduques".
Pero no fué hasta 1981 cuando editó su primer LP en solitario, bajo el nombre de Casal, con un disco titulado "NeoCasal", que incluyó canciones tan emblemáticas como "Champú de huevo" o "Billy Boy".
Después todo fué coser y cantar. En un país que estaba cambiando a pasos agigantados trás más de 40 años de dictadura, un artista como Casal fué recibido con los brazos abiertos.
En 1983 sacaría su segundo disco, "Etiqueta Negra", y canciones como "Embrujada", "Poker para un perdedor" o "Los Pájaros" no paraban de sonar en las radio-fórmulas.
Un año más tarde saldría "Hielo Rojo", cuyo primer single "Pánico en el Edén" sería elegido como sintonía de la Vuelta Ciclista a España. Canciones como "Teatro de la oscuridad" o "Bailar hasta morir" sonaban sin cesar, y Casal llenaba cada concierto que daba, hasta que una mala caída en uno de ellos, le obligo a retirarse durante un tiempo, ya que se rompió la cadera y tuvo que ser intervenido quirurjicamente en numerosas ocasiones.
Durante su convalecencia, se rumoreó de todo, incluso se llegó a decir que tenía sida.
Casal, ajeno a estos rumores sin fundamento, dedicó su tiempo a sus otras pasiones; la pintura y la escultura ocupó su vida durante el tiempo que estuvo apartado de la música.
Pero como no hay mal que 100 años dure, cuatro años después, en 1988, regresaría con más fuerza que nunca, con un nuevo disco, "Lágrimas de Cocodrilo" donde la canción "Eloise" se convertiría en todo un himno.
Dos años más tarde, en 1990, sacaría si último trabajo, "Histeria".
Un año después, un accidente de circulación acabaría con su vida, con 41 años cumplidos, dejando a sus fans totalmente huérfanos.
Pese al tiempo transcurrido, su música no ha perdido nada de su frescura, y sus canciones suenan tan actuales como en la época en la que se grabarón, ya que siempre supó rodearse de los mejores músicos, y grabar en los mejores estudios, por lo que siempre fué por delante de sus contemporáneos.
Los que crecimos con su música no lo olvidamos, ni a él ni a sus canciones, ya que estas forman parte de nuestras vidas.
Tino, allí en donde estes, espero que sigas siendo tan transgresor e innovador como lo fuiste en vida.





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