miércoles, 12 de octubre de 2011

El tiempo de los enanos. 1 (de 2)



La Acondroplasia, conocida vulgarmente como enanismo, es una enfermedad que afecta al crecimiento de los huesos.

En la antiguedad, tanto en el antiguo Egipto, la Roma Imperial o la Edad Media, las personas aquejadas por esta, eran usadas como diversión tanto de Faraones, Emperadores y Reyes, como de sus cortes.

Durante la era victoriana, y en las primeras décadas del pasado siglo, se exhibían en espectáculos denigrantes como aquellos circos ambulantes de rarezas.

Y hasta hace bien poco, era común verlos en el aberrante show conocido como "El Bombero Torero".

Hoy en día, algunos siguen trabajando en Circos, pero de manera más profesional, aunque su labor siga siendo la de divertir al personal.

Todo esto viene a cuento por un simple motivo.
El año que viene se estrenarán cuatro películas donde los enanos tienen gran protagonismo.
Pero eso sera motivo de otro post.
En el que nos ocupa, voy a hacer un breve repaso sobre algunos enanos célebres que han pasado por la gran y pequeña pantalla.


La primera película que yo recuerdo donde aparecían estas personas, era en la obra maestra de Tod Browning Freaks, conocida por estos lares como La Parada de los Monstruos.
En ella, uno de ellos se enamoraba de la trapecista, de la que solo consiguió burlas e insultos.

En concreto, el protagonista no era como el común de los que padecen la enfermedad citada al principio, que en su mayoria tienen deformidad.
Para que os hagaís una idea, el caso de este actor viene a ser como el de Galíndo, aquel que colaboró en el abominable programa nocturno de Xabier Sardá.
Son adultos, en cuerpos de niño.
Peter Jackson trabajó con algunos de estos actores, (no los de la película de Browning evidentemente), en su exitosa trilogía, para planos generales de los hobbits.

Hay que matizar que en este film, todos las criaturas que aparecen en él son reales.

Del cuento de los hermanos Grimm, Blancanieves y los siete enanitos, se han hecho varias versiones.
Pero ninguna supera la grandiosidad del primer largometraje de Walt Disney.
Estos entrañanbles mineros, permanecerán en el colectivo popular como la imagen más representativa de su raza.

Avanzamos en el tiempo para hablar de Willow, el protagonista de la película del mismo nombre que Ron Howard dirigió en 1988.
Interpretado por Warwick Davis, al que tambien podemos ver como el ewok Wicket en El retorno del Jedi y en la saga de Harry Potter.

Como bien es sabido, George Lucas, productor de la película, es un enamorado de la obra de Tolkien, (su influencia es notable en la famosa saga galáctica), por lo que esta no deja de ser una simpática aproximación a los mundos creados por el autor de El Hobbit.

Ahora le toca el turno a Gimli, el único de su raza que aparece en la trilogía de El Señor de los Anillos.
La labor de interpretarlo recayó en el orondo actor John Rhys-Davies, que como es sabido poco tiene de pequeño.
Pero los trucajes ópticos usados por el director neozelandes permitierón crear un enano totalmente conviencente.


Por último, debemos citar a Tyrion Lannister, el personaje creado por George R. R. Martin para su saga Canción de Hielo y Fuego.
Al contrario que en la obra de Tolkien, en donde los enanos son una de las razas que pueblan la Tierra Media, en el fantasía del autor americano, este personaje si tiene la enfermedad a la que haciamos referencia al principio.

En la adaptación televisiva, títulada como el primer libro de esta monumental saga, Juego de Tronos, el personaje más popular de la misma esta encarnado por el actor Peter Dinklage.

Mañana sera el día en que veremos cuales son las cuatro películas que os comentaba al principio.

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