Hoy se cumplen 30 años del trágico accidente de avión que se llevó la vida de Félix Rodriguez de la Fuente.
En el, perecieron tambien dos compañeros suyos.
Sobrevolaban Alaska, buscando localizaciones para su programa.
La causalidad hizo que muriese el mismo día que cumplía 52 años.
La noticia de su muerte impactó mucho en la sociedad de la época, ya que era una gran hombre, y mejor persona.
Doctor en medicina, después de graduarse, ejerció de odontólogo, profesión que abandonó después de fallecer su padre.
Su verdadera vocación fué la cetrería, a la que se dedicó poco después.
La fama le llegó cuando Televisión Española decidió darle una serie semanal de divulgación científica, con el que nos enseñaría a amar y respetar la naturaleza y a sus criaturas.
Con El hombre y la tierra, nos entretenía a la vez que aprendiamos.
Con él, vimos que el lobo no era un animal tan fiero como lo pintan, e hizo mucho para que este animal no se extinguiera.
Su prematura e inesperada muerte nos dejó a todos consternados, sobre todo a los de mi generación, ya que gracias a su buen hacer y su pasión por la naturaleza, hizo que todos nos preocuparamos un poquito de nuestro entorno.
Félix se fué, pero nos dejó un legado que no olvidaremos jamás.
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