Brant se dirige en coche a Chicago con Charlene, una compañera de trabajo, cuando les sorprende una tormenta de nieve.
Un extraño amimal se cruza en la carretera, y al tratar de esquivarlo sufren un accidente, por lo que se tienen que buscar refugio en un extraño lugar llamado La Posada del fin de los mundos, donde peculiares clientes esperan a que amaine la tormenta.
Para hacer la estancia más placentera, unos y otros comienzan a contar historias.
Como bien dice Stephen King en el prólogo, este volumen de The Sandman es como un juego de muñecas rusas.
Neil Gaiman vuelve a demostrarnos su poderío para la narrativa, con un mosaico de historias, a cada cual más imaginativa y surrealista.
Un cuento de cuentos para adultos, en la que nos da toda una lección.
Y es que no hay nada más poderoso que nuestra imaginación.
Quisiera destacar el homenaje que dedica a la obra maestra de Alan Moore en uno de los cuentos.
Sin duda, uno de los mejores arcos argumentales de esta imprescindible serie.
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