No hay perdón

No hace demasiado tiempo, a la Casa de las Ideas se le ocurrió sacar una serie de títulos bajo la cabecera de The End.
Asi pues, tuvimos Marvel: El Fin; Hulk: El Fin; Lobezno: El Fin; X-Men: El Fin y Los 4 Fantásticos: El Fin.
Todas ellas muy mediocres, si exceptuamos la dedicada a la Primera Familia, escrita y dibujada por el siempre eficiente Alan Davis.

Mejor suerte ha corrido Lobezno: El viejo Logan, ofrecida por los responsables de Civil War.
Esto es Mark Millar y Steve McNiven.

Estamos 50 años en el futuro, en unos Estados Unidos totalmente desolados, donde los supervillanos acabarón con nuestros héroes, y se repartierón el país.
Por algún oscuro motivo, Logan se retiró, y ahora vive junto su mujer y sus hijos en una pequeña granja en Sacramento, sometido por un avenjentado Bruce Banner y sus vástagos.
Hasta allí llega Clint Burton con la esperanza de que salga de su retiro y le ayude en una peligrosa misión que les llevará a cruzar todo el país.

Una premisa argumental más que interesante, y a pesar de que podía haber dado más juego, es muy entretenida.
Mark Millar nos vuelve a ofrecer un cómic palomitero, o lo que es lo mismo, el equivalente en el noveno arte a lo que sería una superproducción cinematográfica.
Para ello, utiliza claras e intencionadas referencias a films de carácter apocalíptico como la saga Mad Max, y al western crepúscular, sobre todo a Sin Perdón.
Su final abierto, hace que deseemos que haya secuela.

No estamos ante una obra maestra, cosa que el guionista tampoco pretende, sino ante un tebeo que solo quiere entretener sin necesidad de trascender, y que hubiera sido preferible que se hubiera publicado recopilado en un tomo.
Supongo que en dos o tres años Panini lo editará en un MarveldeLuxe, para volver a sacarnos los cuartos a los que preferimos este formato.