Podeís leer lo que escribí sobre el primero aquí.
Aquellos juguetes con los que jugabamos después de clase, como los Geyperman.
Nos juntabamos con los amigos para jugar con ellos a la guerra.
No falta en este fabuloso libro, otros muñecos como los airgamboys, e incluso alguno que otro para las niñas.
Tambien los Juegos Reunidos Geyper, y otros muchos con los que pasabamos tardes enteras, cuando los videojuegos solo existían en las máquinas recreativas.
Eran tiempos, en los que después del telediario del mediodía nos sentabamos ante el televisor para ver El Coche Fantástico.
La tarde de los sábados estaba reservada para ver V, aquella mítica serie donde bajo la aperiencia de nobles visitantes del espacio, se escondían una terrible raza extraterrestre con forma de lagarto, con cierta debilidad por comer roedores.
Pero no es la única.
Un recuerdo imborrable nos dejó Ulises 31, que en clave de ciencia ficción adaptaba La Odisea de Homero.
Regreso al futuro, En busca del arca perdida, Los Goonies, y otras películas menos conocidas pueblan en sus páginas.
Y por supuesto, las colecciones de cromos, y como no, cómics para dar y tomar.
Y por supuesto, las colecciones de cromos, y como no, cómics para dar y tomar.
Triunfaba por encima de todos los demás, los de Marvel que editaba Forum, donde las famosas Secret Wars fuerón superventas.
Hay mucho más, por lo que no quiero desvelaros todo.
Mejor os pasaís por vuestra librería y os haceis con un ejemplar.
Estoy seguro que no os arrepentereís.
Y que conste que el autor no me paga ni un solo euro, por recomendar su libro.
4 comentarios:
Joer, qué tiempos... Yo quiero un DeLorean con condensador de fluzo para volver un par de horicas a 1984...
Yo ya lo he pillado, muy recomendable.
Los Geypermanes... Qué endebles eran...O quizás era que nosotros les dabamos mucha tralla. Tenían un montón de complementos y trajecillos muy elaborados.
De todos modos, yo siempre fui de los famobiles (llamados ahora playmobil).
Que mayores somos, pardiez.
Impacientes Saludos.
Los secret wars, una gozada de cómic, de ahí el verdadero origen del traje negro de spiderman.
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