sábado, 14 de julio de 2007

El rato dulce de Sam

A principios de los 80, la empresa juguetera Hasbro sacó al mercado una línea de juguetes llamados Transformers, con los que tenías un coche, camión o avión, y a los cuales tenías la posibilidad de transformarlo en un robot. De ahí su nombre.

El exito fue tan grande que enseguida salierón comics, que llegó a publicar Marvel, y tambien una popular serie de animación.




Todo este fenómeno me pilló a una edad en la cual dejé atrás los juguetes para centrar mi atención en las chicas y otras cosas más propias de la adolescencia. Por lo que fuí bastante ajeno a él.

Todo esto viene a cuento por que se acaba de estrenar una película en imagen real con dichos muñecos, la cual me dispuse a ver con bastante escepticismo, ya que ni los personajes me suscitan ningún interés, ni Michael Bay es santo de mi devoción.
Pero mira tu por donde la película me gusto. No es que sea una maravilla, pero como me esperaba lo peor, me sorprendió gratamente.
Además se nota la mano de Spielberg (que ejerce de productor ejecutivo), ya que es un film que tiene ritmo, sentido del humor y no te da ningún momento de respiro. El reparto es muy correcto, donde brillan sobre todo el joven actor protagonista de nombre impronumciable (si, ese que hace de hijo de Indiana Jones en la futura cuarta entrega), y John Turturro, al que no estamos acostumbrados a verle en producciones de este tipo, y que hace el papel más divertido de la película.
Todo esto claro esta, acompañado de unos impresionantes efectos visuales que te quedan literalmente, clavado en la butaca.

PD: Por que todo el mundo que va a ver este tipo de películas, es para luego criticarlas de manera muy negativa.
Por que no nos olvidamos de prejuicios y disfrutamos con ellas sin complejos.
No engañan a nadie, tan solo estan hechas para que pasemos dos horas de pura evasión, y nos olvidemos de la dura y triste realidad.

Valoración: *** (sobre *****)

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